De niño te conocí
entre mis sueños queridos.
Por eso cuando te vi
reconocí mi destino.
Cuando pensaba que ya no iba ser
lo que soñara, de pronto vino.
Tanto que yo te busqué
y tanto que no te hallaba,
que al cabo me acostumbré
a andar con tanto de nada.
Cuánto nos puede curar el amor.
Cuánto renace de tu mirada.
Te conozco, te conozco
desde siempre, desde lejos.
Te conozco, te conozco
como a un sueño bueno y viejo.
Es por eso que te toco y te conozco.
El lago parece mar,
el viento sirve de abrigo:
todo se vuelve a inventar
si lo comparto contigo.
La única prisa es la del corazón.
La única ofensa es tener testigos.
entre mis sueños queridos.
Por eso cuando te vi
reconocí mi destino.
Cuando pensaba que ya no iba ser
lo que soñara, de pronto vino.
Tanto que yo te busqué
y tanto que no te hallaba,
que al cabo me acostumbré
a andar con tanto de nada.
Cuánto nos puede curar el amor.
Cuánto renace de tu mirada.
Te conozco, te conozco
desde siempre, desde lejos.
Te conozco, te conozco
como a un sueño bueno y viejo.
Es por eso que te toco y te conozco.
El lago parece mar,
el viento sirve de abrigo:
todo se vuelve a inventar
si lo comparto contigo.
La única prisa es la del corazón.
La única ofensa es tener testigos.
1 comentario:
jajaja
me ha gustado mucho la viñeta..´que es posible que represente bastante tu vida actual de profesora...no?
un bico
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