Este es un pequeño homenaje a tod@s mis amig@s músic@s que nos ahcen cada día la vida un poquito más agradable y festiva
MÚSICA
Las dos hijas del Gran Compositor -seis y siete años- estaban acostumbradas al silencio. En la casa no debía oírse ni un ruido, porque papá trabajaba. Andaban de puntillas, en zapatillas, y solo a ráfagas, el silencio se rompía con las notas del piano de papá. Y otra vez silencio.
Un día, la puerta del estudio quedó mal cerrada, y la más pequeña de las niñas se acercó sigilosamente a la rendija; y pudo ver como papá, a ratos, levantaba notas al piano, y a ratos, se inclinaba sobre un papel, y anotaba algo.
La niña más pequeña corrió entonces en busa de su hermana mayor. Y gritó, gritó por primera vez en tanto silencio:
¡La música de papá, no te la creas...!
¡Se la inventa!
Ana Mª Matute
EPS, 13 de agosto de 2000
Las dos hijas del Gran Compositor -seis y siete años- estaban acostumbradas al silencio. En la casa no debía oírse ni un ruido, porque papá trabajaba. Andaban de puntillas, en zapatillas, y solo a ráfagas, el silencio se rompía con las notas del piano de papá. Y otra vez silencio.
Un día, la puerta del estudio quedó mal cerrada, y la más pequeña de las niñas se acercó sigilosamente a la rendija; y pudo ver como papá, a ratos, levantaba notas al piano, y a ratos, se inclinaba sobre un papel, y anotaba algo.
La niña más pequeña corrió entonces en busa de su hermana mayor. Y gritó, gritó por primera vez en tanto silencio:
¡La música de papá, no te la creas...!
¡Se la inventa!
Ana Mª Matute
EPS, 13 de agosto de 2000
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