Dédée no ha contestado nada; aunque he visto cómo sus manos doblaban y doblaban los billetes, hasta hacerlos desaparecer. Por lo menos tengo la seguridad de que Dédée no fuma. Su única complicidad puede nacer del miedo o del amor. Si Johnny se pone de rodillas, como lo he visto en Chicago, y le suplica llorando...
El Perseguidor
Julio Cortázar
HAMBRE DE PIEL
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Todos nacemos, tras navegar en un mar en calma y lo más cálido de todos los
mundos posibles, abiertos al llanto, ansiosos de la risa que es lo primero ...
Hace 3 días
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