miércoles, enero 20, 2010

ÉL COMPRENDE LAS VIOLACIONES

Pena que la Ley del aborto no existiese cuando él nació, cuantas gilipolleces nos habríamos ahorrado tener que leer...

Javier Martínez, arzobispo de Granada

Martínez considera el aborto "un genocidio silencioso", y cree que la humanidad está involucionando al aprobarse los últimos cambios a la ley que permite interrumpir el embarazo. "Matar a un niño indefenso, y que lo haga su propia madre, da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar del cuerpo de la mujer, porque la tragedia se la traga ella", dijo el obispo. La oficina de información de los Obispos del Sur, que distribuyó ayer su homilía del domingo, explicaron que esta frase de Martínez apunta primero "al abuso que la mujer comete primero con su cuerpo y con su hijo", y que la deslegitima para negarse a que el hombre abuse de ella "como si fuera un objeto". "El arzobispo se refería a que si la madre es capaz de matar a su propio hijo, el varón tiene entonces autoridad absoluta para hacer lo que quiera con ella y con su cuerpo".

¡ESTA GENTE NO ES NORMAL!








4 comentarios:

Sara dijo...

Antes de nada, felicitaciones por tu blog, has hecho cambios y se ve más bonito, ¡me gusta!
Y en cuanto a este artículo...algunos que bien están callados.El silencio a veces hace magía,
...pero no sufras Cris...lo mismo que este personaje opina al sabor de la boca, y otros hacen leyes del aborto que dejan mucho que desear, en medio está la mujer, la adolescente, la sociedad...sufriendo toda esta inmundicia.PENOSO TODO
Te dejo un abrazote bien enorme

Grankhan dijo...

Pena de muerte no creo que tuviera que existir, pero castrar a todos los curas para garantizarnos que no usan su sexo (q por otra parte no lo necesitan porque son medio ángeles) con niños y niñas pequeños y violando a cada ocasión que se les pone de cara, no estaría mal.
CASTREMOS A LOS CURAS!

orso dijo...

No estaría mal que en el seminario tuvieran un taller de capado obligatorio antes de ordenarse sacerdotes.

orso dijo...

No estaría mal que en el seminario tuvieran un taller de capado obligatorio antes de ordenarse sacerdotes.